Señor, se le cayó esto

Son las 7 de la mañana en Panamericana y 197. Miro al piso y entre los pies que caminan ligero para no perder el colectivo, revolotean decenas de papeles que fueron cruelmente abandonados. Debajo del desparejo cordón hay agua que se acumuló de la lluvia de anoche, en ella flotan barquitos de botellas de yogurt, envoltorios de alfajores y se empastan coloridos papeles de caramelos masticables. El colectivo llega y la fila avanza mientras un señor termina sus galletitas y así nomás, sin siquiera hacer un bollito, tira el envoltorio que logra llegar lentamente y de manera zigzagueante a su triste destino, convirtiéndose en uno de los tantos que viajan sin sentido por toda la cuadra. envoltorio

Por fin subo al colectivo y atrás quedan el arcoiris del cordón y los papeles que se pegaban en mis piernas soplados por el viento. Apoyo mi cabeza contra el vidrio, cruzo mis brazos y logro adormecerme por un rato pero me despierta el olor a yogurt de frutilla que inunda el ambiente. La señora sentada delante mío al parecer está desayunando mientras el resto de los pasajeros solo debe deleitarse con el olor a esencia de frutilla. La señora parece tener algo de calor, pienso, porque abre una rendija la ventanilla. Pero no, la anterior era la última cucharada y por eso tiene que deshacerse cruelmente del envase. Al cerrar la ventana el viento no enreda más mi pelo y vuelve el calorcito al ambiente pero yo miro para atrás para así poder ver el trágico e imaginado final de un envase de yogurt rodando en la Panamericana.

Llegamos a Barrancas de Belgrano y ya ni me acuerdo de las esquinas decoradas con basura. Una señora muy prolija ocupa el asiento que está al lado mío. Ahora sí puedo dormirme un rato a pesar de las frenadas del colectivo. Me despierto en Plaza Italia y la sorprendo comiendo un caramelo de miel ¡Qué rico!, pienso, pero ella inmediatamente se para para así dirigirse hacia la puerta de salida. Ya llegó su parada y de recuerdo dejó el piso lleno de papelitos amarillos. Cuando se asoma Parque Centenario indefectiblemente debo pisarlos para poder salir de mi asiento y crujen como hojas de otoño, le hacen cosquillas a mis zapatillas. El primer paso sobre la vereda revierte la situación: la zuela se queda pegoteada en un inmenso chicle fresco que me incomoda hasta que llego a la esquina y aunque intente sacármelo contra el cordón no sale. Al principio disimulo la incomodidad, sigo caminando arrastrando el pie para que se se vaya, pero no quiere. Hasta que se me termina la paciencia y empiezo a maldecir porque...

Digo yo, ¿qué te cuesta envolver el chicle en un boleto para tirarlo en el próximo tacho de basura? ¿Qué te cuesta guardar los papeles de caramelo en el bolsillo y los boletos de colectivo en el monedero? ¿Qué te cuesta cuidar un poquito el espacio en el que caminamos y esperamos el colectivo todos? Ya sé, soy una pesada y lo que digo se parece a lo que nos repetía mil veces en el colegio: ¿Vos en tu casa tirás los papeles en el piso?, bueno entonces no los tires acá. Y es así porque si vos los tirás, alguien los va a tener que levantar, pero claro, como vos quizás volvés a pasar por ahí y el viento ya se llevó o alguien se encargó de limpiarlo no pasa nada ¿no?. Y en el caso de que nadie los levante, ¿Qué pasaría si todos los que pasamos por ahí tiráramos algo todos los días? No quedarían palabras poetizantes que embellezcan la situación, ya no hay forma de decirlo bien... Pasás por adelante mío, tirás el papel del alfajor que recién comiste y te digo devolviéndotelo "Disculpame, se te cayó esto". Ojalá me animara a decirlo cada vez que alguien usa de tacho de basura la vereda, ojalá todos nos animáramos a decirlo.

Comentarios

Cronista Clandestino ha dicho que…
Yo en casa tengo todo tirado por ahí, por eso no me parece el "si no lo haces en tu casa tampoco acá". Al revéz, aunque lo hagas en tu casa, no lo hagas en la calee!!!... Mmm para mí que empecemos a decirle a la gente, yo voy a tratar.
Mechi Cerrotta ha dicho que…
jajaja yo también soy un desastre en mi cuarto, pero en los lugares que comparto con todos, por respeto a los demás, no tiro las cosas por ahí!!!
Lo de decirle al que tira el papel "disculpe, se le cayó esto" lo saqué de Tat que me acompaña en la manía de no tirar ni un mínimo papel en la calle!!!
Leo ha dicho que…
Tenía que ser la prolija productora de un programa que yo conozco. Estoy de acuerdo, la gente incluso, es el peor invento que existe sobre la tierra.

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