Lunes otra vez: Enojo de lunes.

Sí, lo sé, hace mucho, pero mucho, que no escribo. Casi un mes y medio sin postear. Al principio creo que fue lo mismo de siempre: el estudio, esa manía que no me puedo sacar de querer aprenderme todo con detalle y ponerme loca cada vez que no me sale y que por eso me lleve mucho tiemoi. Pero esa excusa se quedó en el tiempo porque hace casi un mes que no tengo parciales en el calendario. Debe ser vagancia, eso debe ser. Me da fiaca ponerme a pensar en que las ideas queden perfectamente redactadas, poetizadas y conectadas. Pero al instante me desespero y pienso ¿será que ya se me terminó la imaginación?¿Será que no sirvo para esto?¿Será qué...?

Hoy es lunes, vuelvo a escribir a pesar de que no logré resolver el dilema anterior (mi manía de saber los porqués me impide concentrarme en la escritura) y confieso estar un poco enojada. Sí, todo eso (o simplemente eso). Dadas las características del día, no prometo brindarles el mejor texto o reflexión de mi vida. No prometo expresar mis ideas de la manera más poética, ni no intentar repetir palabras, ni leerlo mil veces antes de apretar "Publicar entrada". Es lunes y estoy enojada, quizás mi propósito es que entiendan cómo se maquina mi cabeza cuando se juntan esas dos variables.

Hoy es (o fue) día de trabajo práctico en grupo, actividad que se convierte en más tediosa siendo lunes porque se pueden recibir respuestas como "hu! perdonen chicas, me colgué el fin de semana" o "no saben lo que me pasó..." o simplemente "no abrí los mails en todos estos días". Pero creo que lo que lo convirtió en un trabajo tedioso desde el principio fue que el tema era "Reflexiones acerca del AMOR" y que tuviéramos que hacerles preguntas deprimentes a nuestros entrevistados. El trabajo no era de gran complejidad, lo que permitió que no coartara ninguna de mis actividades de fin de semana ni las de mis compañeras de grupo que trabajaron en él (3 de 8). Pero el tema del amor... bueno, a pesar de ser tres trabajando en un grupo de ocho, y al contrario de experiencias anteriores, yo estaba contenta. Las tres nos complementamos bien: una buscando citas, la otra redactando y la otra leyendo minuciosamente para buscar las incongruencias y errores. Creo que no nos faltaba nada.

Llegó el final del maldito lunes y un poco nos cansamos de escribir, buscar citas y corregir. En un momento determinado de la tarde, una de las chicas mandó un mail a los demás pidiendo si no podían hacer lo poquitísimo que faltaba. No hubo respuesta. Entonces, como yo estaba de muy buen humor (y esto no es ironía, aunque no me crean, es literal) decidí mandar un mail medio en chiste "llamando a la solidaridad" de los demás compañeros y detallando (así como a Tati le gusta y le da gracia) cada punto que nos faltaba y cómo lo podían hacer. Y en este punto llega mi frustración. Yo le pongo tanto empeño a la escritura de un mail como a la de cualquier texto del blog. Me parece que para transmitir ideas claras no hay nada mejor que la escritura porque quedan en evidencia todas tus ideas, dudas, pedidos. No hay posibilidad de reclamo de "no me dijiste..." y no te pueden quedar dudas de lo que hay que hacer (lo podés volver a leer). Suelo releer los mails que mando a grupos de trabajos muchas veces, separo las ideas con puntos, me fijo si se entiende o si puede surgir alguna duda. Pero esta vez me di cuenta que ese empeño no sirve para mucho... y sin dudas en este punto llegó mi frustración. Obviamente que a la noche del maldito lunes llegaron los mails de los "desaparecidos en acción" con sus correspondientes excusas de fin de semana. Pero, leyendo sus respuestas me di cuenta de que no tuvieron ni la delicadeza de leer por lo menos entre líneas lo que les había detallado que nos faltaba. Entonces, si no puedo hacer que lean mis propios compañeros algo que supuestamente les incumbe y que les interesa como es un trabajo de su carrera, ¿cómo puedo pretender que otros me lean en un blog hablando de cosas triviales y que pueden no interesarle a nadie? "Escribo al pedo", me dije.

Obviamente que Tati, conociéndome, siendo mi amiga y sabiendo que en mi mail estaba la respuesta a todo lo que ella podía hacer, lo leyó minuciosamente pero esta vez eso no alcanzó... y sí, luego de sorprenderme a mí misma con una paz inusual en mí un día antes de una entrega, me enojé y terminé "terminando" el trabajo sola. Ya les dije, el trabajo no era de mucha complejidad, y lo que faltaba era ínfimo, por eso no me animé a despertar a aquellas dos que me dijeron mil veces "cualquier cosa mandame un mensaje". Pero me enojé. Creo que al principio me con esos cinco que no aparecieron pero después me di cuenta de que lo que me molestó fue que una vez más mi estrategia de querer dejar todo claro no funcionara. Me molestó saber que no había conseguido que me escucharan, saber que no había podido captar a mi audiencia como yo quería. Tenía cinco posibles lectores y mi "raiting" fue cero de cinco. Acá reside mi frustración con respecto a la escritura. Ya sé, los mandé a todos al frente. Pero quienes fueron mandados al frente pueden llegar acá por un medio muy simple, leerlo y decirme lo que quieran en los comentarios. Pero no lo van a hacer porque sus almas de no curiosos no les van a permitir hacer "click" en el perfil que queda a la vista cuando comento en el blog de la materia y por eso puedo apostar cualquier cosa a que nunca van a llegar acá. Me encantaría que lo hagan, que puedan llegar. Por lo menos reivindicarían su fama de lectores de mails de grupo irresponsables y hasta podríamos intercambiar opiniones.

Pero había otra cosa que me hacía ruido en este trabajo... el tema del amor. Mucho hablamos sobre este tema en las clases anteriores a la entrega del trabajo. Toda la comisión filosofando sobre el tema, proponiendo canciones que se relacionaban, comentando eufóricamente en el blog de la materia, todos "arjonenado" sin parar. Mucho "amor y paz" dando vuelta por el aula, mucho ¿amor a primera vista o lo elegimos? Ante una ruptura ¿apostamos al amor de nuevo? ¿Seguimos creyendo en el amor? De nuevo mucho "amor" dando vueltas. Pero... ¿Dónde está el amor de mis compañeros de grupo? Sin dudas algunos de ellos supieron verbalizar perfectamente lo que es el amor para ellos, supieron filosofar y opinar acerca del mismo. Pero yo me pregunto dónde está el amor más simple, el amor de todos los días, el amor por ayudar mínimamente al que tenés al lado, al que te llena la casilla de mails con comentarios acerca de una actividad de la facu. Dónde está el amor por uno mismo, el amor a conocer cosas nuevas haciendo un simple trabajo. Y reflexionando sobre estas cosas me di cuenta que siempre pensé que mi participación en los trabajos era por una cuestión de eficiencia, mi manía por controlar que todo quedara perfecto. Pero creo que me equivoqué en este punto (por lo menos un poco) porque , sin mi participación, el trabajo hubiera quedado perfecto de todas maneras. Me di cuenta que, en realidad, participo porque me interesa aprender de las actividades aún cuando pienso que el tema es una porquería (porque en definitiva es la carrera que elegí, me encanta y por eso le pongo garra) y que participo porque no puedo dejar a quienes trabajan en él solos. Considero que en este caso mi aporte no fue tan grande, pero estuve ahí, leí lo que ellas escribieron, les presté atención, comenté, redacté, aprendí. "Ahora ya no estoy tan enojada, al final tanto no escribí al pedo", me digo.

¿Y el amor dónde quedó en mí?¿Qué es lo que aprendí? Cuando terminé de hacer el trabajo recordé lo que siempre viene a mi mente cuando termina el día de trabajo práctico en grupo.y estoy volviendo en el colectivo de la facu hacia casa... Pero ¿qué tiene que ver este recuerdo con el amor, con mi enojo y con que no me siento leída? Hubo una vez que fue la peor de todas. Fue en la primera materia de la carrera. Ninguno de los integrantes del grupo sabíamos cómo hacer el trabajo. No teníamos idea. Finalmente, tomé las riendas del trabajo. Obviamente escribí infinidad de mails que lo más probable es que no hayan sido leídos. Me enojé mucho. Maldije a los demás. Protesté más todavía. Pero hubo alguien que me siguió, me leyó, me tranquilizó cuando maldije a los demás. Quizás fue una táctica para conquistarme, quién sabe. Igual si fue una táctica, sin dudas, me encantó. La diferencia es que ese alguien, después de esa experiencia, no dejó de leerme, criticarme en cada punto de lo escrito y de tranquilizarme cuando estoy loca. Ese alguien hoy es un novio que cuando protesto porque no me sale escribir nada se declara como mi lector y detalla todas esas cosas que le gustaron leer (y las que no tanto). "Ahora estoy contenta, sé que escribo para algo" porque ahí encontré el amor, en sus "lecturas" diarias, en sus acciones, en sus comentarios, en mis "lecturas" diarias, en mis acciones, en mis comentarios. No está en las palabras que decimos pensar acerca de nuestro estado, no está en lo que lo que él dice que siente hacia mí o lo que yo digo que siento hacia él. No está en ninguna de las palabras que escribí en este párrafo. Por eso nunca escribo sobre el amor, porque a las palabras (solas) se las lleva el viento. Prefiero actuar, aunque a veces sea más complicado, lleve más tiempo y nos decepcionemos si el otro no nos presta la atención que queremos.

Sin dudas es el peor post que escribí en la corta historia del blog, pero necesitaba volver a escribir algo de cualquier manera. Contar algo. Poder sacarme esa estructura de escritura perfeccionista, por lo menos en un texto. Pensar en voz alta. Darme cuenta que no soy una insensible y desamorada. Decir que pienso diferente y que, aunque me cueste aceptarlo, hay ciertos pocos casos en los que las palabras no sirven para nada.


Comentarios

Cronista Clandestino ha dicho que…
Abajo los que andan arjoneando por ahí.

Las palabras valen tan poco, pero tan poco que seguro el amor perfecto es mudo. Está en otro lado, y como creo en ese amor, no voy a escribir ni una palabra más.
Mechi Cerrotta ha dicho que…
Sin comentarios... jaja

Genio Mati!! Fui feliz cuando leí :)
Vale ha dicho que…
"Sin dudas es el peor post que escribí en la corta historia del blog"... sin dudas fue el que mas me gusto. Las mejores publicaciones son las que estan escritas de un tiron. Aquellas llenas de errores y llenas de sentimientos urgentes son mis favoritas.
Nuestros lectores son quienes menos esperamos. Segui asi que yo sí te leo. Besos
Mechi Cerrotta ha dicho que…
Gracias Valeee! Un honor que me leas :) es verdad que a veces nuestros lectores son quienes menos esperamos... y cuando me entero que leen son los que más me llenan de alegría!!

Beso Vale! Nos cruzamos por ahí :)

Entradas populares de este blog

¿Más vale malo conocido que bueno por conocer?

Lunes otra vez: ¡Adiós, verano!