Maggie
Y se nos fue la abuela Maggie un fin de semana de carnaval. Tantas veces que ella nos contaba de los carnavales con disfraces en el barrio. De todos mis abuelos, es la que más nos habló con detalles sobre su infancia llena de clases de piano desde los 5, de paseos al zoológico y de travesuras a la hora de la siesta (le sacaban todos los fideos a la Granny, jugaban al almacén y cuando terminaban los ponían en el mismo lugar todos mezclados sin que ella se diera cuenta). Siempre con rarezas como "usé la pelela por primera vez a los 8 meses" o "nací con un teléfono abajo del brazo". Su infancia feliz estuvo en nuestra infancia feliz con las visitas de los viernes y los juegos a la escoba del 15. Me quedan su color de ojos, sus curvas, su poco amor por la cocina, su frialdad ante determinadas situaciones y mamá, que comparte con ella esa chispa jodona que se le había apagado hace un tiempo. "Cuando se acaba no hay más", decía. Y se terminó.