La oficina del abuelo

Hace 20 años debo haber ido a pasar un día de vacaciones con mi abuelo y esa visita incluyó ir a regar las plantas a su oficina. Desde chica me llamó la atención su caligrafía y siempre le pedía que escriba mi nombre en cursiva. Muchas veces intenté copiarle sus M sin éxito. Esa tarde de verano en el Vavilov dejé escrito en tiza uno de esos intentos fallidos y él la guardó para siempre, entre un dibujo del maíz y una lámina. 

Me está costando vivir sin mi fan N° 1.

Gracias a @veropaseandera, que me alegró el día con este regalito.

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