Olor a verano


Siete y media, todavía no oscureció.
Hay un olor. No me encanta, pero es verano y estoy en casa: off, cloro, humedad y piel con malla secadas al sol.
A mis hombros le salieron pecas y a mi nariz le faltó un toque de protector solar, solo un toque.
Un jazmín impertinente sigue floreciendo en enero y se hace sentir a lo lejos.
Suenan las chicharras mientras papá prepara mate en la galería.
Me entreduermo en la hamaca paraguaya que me gané cuando otro se fue.
Zumban los mosquitos y siguen las chicharras.
Corre un poco de viento, se vuela mi vestido favorito y siento todo esto. ¿Qué es?
Es el olor a verano. En Nogués. En casa.

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